Fémina «Traspasa»

¿Folk Rap? Eso sí que no lo vi venir.

Dentro del universo casi infinito (aunque no tanto) de la música de fusión, la creatividad está presente a flor de piel. El artísta puede encontrar nuevos rumbos, nuevos ritmos, y hasta una identidad, fusionando los distintos géneros que ofrece la música universal.

De entre esos artistas, son los relacionados al mundo del hip-hop los que más experimentaron con las fusiones, el mismo género invita a eso. Pero aquí en la Argentina no es fácil encontrar experimentos que fusionen rap con lo que sea (Miss Bolivia puede ser una/o de las pocas/os).

Hasta que apareció Fémina en nuestro camino. Sí, «Traspasa», el segundo disco de su carrera, es una combinación de folk instrumental y melódico, y versos rapaeados. ¿Qué les parece? Este trío de chicas (Sofía y Clara Trucco + Clara Miglioli) nació en San Martín de los Andes, y ahora está radicado en Córdoba. Su aparición en la escena alternativa nacional, es un soplo de aire fresco por donde se lo mire. Un soplo que, cada tanto, todos los amantes de la música alternativa necesitamos y celebramos su aparición.

En «Mira que mira», todo parece indicar que la canción va a seguir una linea folklórica hasta el final; hasta que las guitarras callan y se larga la tormenta de versos…pero con guitarras aun sonando. En la canción siguiente, «El Guacho», empieza la guitarra acústica con un DJ haciendo un «scratch» detrás. Y así en adelante. El estilo es claro. La intención, manifiesta. Y como todo experimento el resultado es complejo, difícil de determinar y abordar. Todos necesitamos asimilar por primera vez una música así, y eso requiere buena voluntad del oyente. Está claro que las Fémina se preocuparon más por descubrir su propia identidad musical, que satisfacer el oído de sus auditores, lo que considero una sabia y meritoria decisión.

«Yo danzaré la vida, y el que quiere me acompañe» hablan en «Perdura»; un tema que parece buscar, a través de los versos más filosóficos que se escucharon, la manera de hacerse eternas a pesar de la vejez que, poco a poco, nos consume. Si el espíritu de Heidegger no escribió esa poesía, estuvo muy cerca.

En «Eu Tein» aparece la Bossa. En «Pero es Locura» aparece la cumbia. Esta última, una declaración de amor simple y llana, viene envuelta entre vientos, guitarra y batería e invita a una danza feliz y a la celebración interminable al amor. Nada puede ser más atractivo en vivo, (ellas mismas son una atracción en sí, al menos para el público masculino) sobre todo si se piensa a ese tema como un festejo, y la libertad de poder decirle «te quiero» a la persona indicada. Lejos, el punto más alto del álbum.

Entre los invitados aparecen artistas de la talla de Sara Hebe (del lado del rap) y Nacho Rodríguez, de Onda Vaga (del lado del folk). El disco poco a poco, a medida que van pasando canciones, reafirma el espíritu de búsqueda de las chicas sureñas. Son exploradoras que parecen unidas en esa criatura ecléctica y misteriosa que se sumerge en aguas coloreadas y, luego de tanto bucear, sale a la superficie (bajo un cielo nocturno y virgen) con las ideas claras. Y ese momento; el momento en que por fin lograron traspasar hacia el mundo espiritual, su cara quedó perfectamente grabada en el dibujo de la portada. Porque ellas lograron traspasar el universo del hip-hop y el folk, y lo que mira la criatura (y que nosotros no vemos) solo lo saben ellas. ¿Será el futuro?

Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com