En el último tiempo, el hip-hop argentino viene teniendo buenas experiencias. Nada más concreto que la fusión entre el productor Gastón Salazar y el rapero neoyorquino Traum Diggs, en un álbum llamado «Jazz-Hop» del 2013, reflejando la tendencia de Salazar, más conocido con el nombre de Gas-Lab, a mezclar el jazz con el hip-hop.
Pero esta vez, Gas-Lab presenta un compilado solista de toda su visión musical. «Moods» arranca como sugiere su título, con un ánimo optimista y sonriente, en el tema homónimo. Los dotes de productor se reflejan en los primeros minutos del disco, pero hay que hacer una aclaración. La típica mezcla de hip-hop proviene de samples, sacadas de otros temas. Sin embargo, esta no es la intención de Gas-Lab, quien se encarga él mismo de tocar los instrumentos (al menos la mayoría) necesarios para tener un tema acabado. Es así que en el primer tema escuchamos un solo de bajo muy funkie y unos teclados de nu jazz, disfrazados de un rap muy moderno, con ritmos que cambian súbitamente de tempo, para retomar el flow nuevamente sin ninguna vergüenza.
Se puede decir que cada tema es una pequeña cápsula que Gas-Lab nos presenta para mostrarnos su mundo y de lo que es capaz de hacer con él. Y ese mundo no es más que esa mezcla jazzera, neo-soul y hiphopera perfecta. Por supuesto, dentro de esos pequeños mundos, encontramos un ánimo distinto. Hay éxtasis fiestera en «Crazy», amenaza y paranoia en «Parco», tranquilidad vespertina en «Capuccino Blue», romance apasionado y sensual en «How much I love you», y así podría nombrar a cada uno.
En «Hindu Kush» Gas-Lab nos introduce a un canto oriental (de la India profunda) que viaja por sinthes atmosféricos, más bajo funkadélico y batería rapera. Los temas son urbanos y hasta un toque callejeros (en «Parco» se sugiere el gatillo de una pistola), pero lo importante parece ser una sola cosa. La capacidad musical de nuestro productor nacional.
Porque la calidad de un determinado músico, no es más que lograr que su música induzca estados de ánimo a sus oyentes. Así se mide la capacidad de un artista. Y Gas-Lab en «Moods» va a la búsqueda de cumplir ese objetivo, el cual es logrado satisfactoriamente. Ahora bien, yo no puedo salir de mis reiteradas críticas hacia la manía de «internacionalizar» la música argentina. Y con esto me refiero a nombrar temas en inglés. Y con esto hago eco de una crítica hacia un disco, también con las mismas intenciones, aunque no del mismo género musical. Digamos que obligatoriamente uno debe saber inglés para saber que «Joy» está dedicada a la felicidad o que «How much I love you» significa lo mucho que uno quiere a alguien. No es que me meta con la intención del artista, está en todo su derecho a nombrar sus temas como quiera, pero hay una clara intención de mirar el mercado internacional y no el argentino, o por lo menos eso es lo que sugiere el disco. Cosa que me obliga a decir a que fuimos despreciados por Gas-Lab.
De todos modos, «Moods» es una perfecta introducción a la capacidad artística de Gastón Salazar que, en ese ambiente de playa, sobre un atardecer perfecto y soñado, nos mira como venido de algún lugar misterioso, de algún lugar dentro de esos doce mundos que creó musicalmente, y como diciendo: «Miren, mi emoción está dentro de mi música, no la vas a encontrar en mi rostro».
Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com
El Rock Perdido 