Avernal «La Quimera de la Perfección»

Publicado: 17/04/2016 en Uncategorized
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La Quimera de la Perfección cover art

Cuando dijimos que el 2016 es el año del Heavy argentino, lo dijimos convencidos. Ya tenemos toda esta parafernalia que se denomina «escena Stoner», aunque no todas las bandas que pertenecen a esta escena toquen en realidad Stoner. Es sólo un espíritu que es claramente metalero, que se nombró así, y que equivale a reunir, en una palabra, a todos estos grupos que están revolucionando la música pesada, buscando nuevos horizontes creativos y, por lo tanto, discos supremos.

Pero hay que saber diferenciar. No hay muchas bandas que se denominen expresamente como Stoners, pero si con una misma mirada musical del Rock. Este año, por ejemplo, tuvimos el puntapié Death-Doom dado por Morte, y la aventura psicodélica de Hijo de la Tormenta. Y ahora tenemos otro tremendo golpe a la nuca en forma de álbum.

Se trata de Avernal, una banda que tiene más de 20 años de vida, pero que suena como si recién hubiera nacido. Las razones son claras. Tras su último disco, «Requiem para los Rebeldes» (2011) la banda sufrió algunos cambios en su formación. Tras algunas diferencias musicales, su guitarrista y bajista originales partieron para formar Los Antiguos, banda considerada hoy como la precursora de esta «escena Stoner» actual. Y los integrantes restantes decidieron empezar de cero, y hacer un disco que mantenga el espíritu Death de sus inicios, pero con una energía visceral y madura inéditas hasta entonces. Así nació este verdadero apocalipsis musical llamado «La Quimera de la Perfección».

El álbum en sí es una mezcla de descontento, frustración y ganas de mandar el mundo a la mierda. La voz de Cristian Rodríguez es profundísima, las guitarras de Federico Ramos y Sebastián Barrionuevo son devastadoras, la batería de Germán Rodríguez es una ametralladora y el bajo de Francisco Cañardo es la representación de la oscuridad, sobre todo en los momentos más Doom.

«La Quimera de la Perfección» bien puede ser un disco de Death-Doom como el de Morte, aunque no sólo hay deseo de muerte, sino que también hay ansias de renovación. Como si toda la música fuera pensada para purificar las malas vibras, más que atraerlas. No es raro que se haya catalogado como «Death and Roll» a estos temas. La música en pocos momentos deja un respiro. Hasta en los pasajes de slow-tempo la tensión es imposible de ignorar, como ocurre en la introducción de «Climática», por ejemplo.

Es que la banda parece estar destruyendo, para construir. «Revelación» es demoledor. Es un bombardeo constante sobre el cerebro de los oyentes, tanto sonando en los parlantes de la computadora, como en los del escenario. En vivo, Avernal es lisa y llanamente una explosión, donde hasta el más tranquilo de los seres humanos termina meneando la cabeza.

En «Mediador» la banda pasa del Death al Doom seis veces en los primeros diez segundos. Aparece el doble pedal, algo que pareció haberse olvidado en los últimos álbumes de Avernal. Por eso quizás sea el tema más estrictamente metalero en canciones que quieren ir más allá del simple Metal. Y eso es lo interesante de «La Quimera…», que volviendo a sus raíces, los integrantes de la banda se encontraron transformados en otra cosa. Y eso que encontraron, que no se parece a nada anterior pero que es Avernal en estado puro, suena en «Alquimia», quizás el punto de hervor del álbum, cuya conclusión en «El Guardián de la Sombra» es contundente: «El infierno está en la tierra…los demonios somos nosotros».

Podemos conjeturar que la banda tomó como referencia sus 23 años de historia y todas sus vicisitudes para inspirarse. «La Quimera de la Perfección» parece un diálogo entre el presente y el pasado de Avernal y el del Heavy Metal argentino. Su último disco (Requiem para los rebeldes/Necrología Pt.1) puede ser justamente un intento de perfeccionamiento que salió mal, ya que la idea original era una segunda parte que nunca vio la luz. Por supuesto, estas son sólo conjeturas y podemos estar equivocados, pero es imposible negar todo el inconformismo que sobrevuela en el álbum. Una especie de exorcismo de las quimeras que provocan la perfección inútil, que deja al ser humano descuartizado y a merced de las aves de carroña. Y esa destrucción, esa muerte, ese infierno provocado por el perfeccionamiento humano es lo que justamente representa el álbum. Y si hubiera un apocalipsis en este mundo lleno de mentiras, «La Quimera de la Perfección» sería la banda de sonido perfecta.

Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com

 

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