Hubo un tiempo en que el furor del under era el Reggae y todos sus derivados. Esa ola simplemente dejó de existir o se desinfló en el camino o cambió de rumbo (lo más probable), pero algunos ecos todavía nos llegan. Sobre todo de esas bandas que mantienen su gusto y disfrutan de hacer «lo clásico». Sin buscar innovaciones, sin mirar el futuro, sólo disfrutando del momento.
Y que lindo que suena un buen Ska. Si señores, ese género anterior a los Beatles, incluso a Bob Marley. Una música sencilla pero que se baila con estilo y pasión. La pista brillaba cada vez que subían (y todavía suben) los Skatalites, o más cerca en el tiempo, explotaba en los mejores momentos de Madness y los Specials. Y hablando desde este país, ni hablar de los primeros Cadillacs, que eran capaces de mover a toda una población con sus compases.
Y aquí llegamos en el 2015 a la aparición de Staya Staya, un grupo de Ska Clásico jamaicano. Con su segundo disco nombrado «Soul Gedes», y de los cuales solamente vamos a reseñar cuatro canciones, las disponibles en su versión digital ya que solo en la versión física (que no está nuestras manos) se encuentran las ocho restantes.
«Soul Gedes» anuncia desde la portada que es un disco para bailar. Y en el primer tema ya se siente el espíritu rústico y sesentoso de los vientos. Asprilla, el cantante y referente de la banda, dice: «En las calles, siempre me siento mejor». Bien de «rudeboy», la canción es un himno a la ingesta de alcohol y la fiesta interminable callejera. la música de Staya Staya es simple, pero el mensaje es directo. Y sobretodo la actitud va por encima de cualquier otra cosa que se le quiera analizar a la banda. En vivo, la energía es tal que es imposible no dejarse llevar por el 2-tone y por el Rocksteady. De hecho «Soul Gedes» parece haberse metido en una máquina del tiempo en algún momento de los 50′ y tele-transportado al 2015. Si hasta el sonido mantiene esa «suciedad» casi de disco de pasta.
Las referencias a momentos brillantes del género quizás sea explícitas en «1986», un año que «arrasó con todo». Momento de mayor auge del Ska británico. «Carta» es el tema más explosivo; en plena euforia la banda se lamenta estar como tontos en su habitación llorando por algo que ya pasó. Y la última «Venas de aire», es la más combativa. «Pobre esa gente, que quiere mano dura. Y el día que no estén nadie lo va a llorar». Staya Staya serán rudos pero saben lo que quieren. Y su posicionamiento social es claro. «No les pidas que donen sangre, porque ellos tienen aire». Todas las armas apuntadas a los gestores de la desigualdad, a los amantes de la represión. La banda sintetiza toda su simpleza en la invocación al baile y al éxtasis, pero sin dejar de lado el mensaje social.
Lamentablemente, la difusión de la banda y la información que hay sobre ella es muy escasa. Su recorrido en la escena es de los más under que hemos visto. Pero eso no quiere decir que no llenen cada recinto que toquen. Funcionando casi exclusivamente del boca a boca, Staya Staya logró, tras años y años en la movida, llegar a ser una de esas joyas escondidas que siempre tuvo la escena Ska/Rudie argentina. Una escena celosa de sus músicos y de sus orígenes, que rabió cuando los Cadillacs salieron a conquistar el mundo. Y también una escena conservadora en lo musical. Es por eso que quizás Staya Staya mantenga esa costumbre de reservar la mayoría de su nuevo repertorio en su disco físico, cosa que muy pocos lo hacen. Y que se manejen casi sin redes sociales. Quizás sean viajeros en el tiempo, quien sabe. Lo cierto es que la potencia que tienen arriba del escenario la hacen la mejor banda Ska de la actualidad. Y quien te dice del futuro…
Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com
El Rock Perdido 