Esteban Riera-Richard Cappz «Un Sueño y nada más»

Publicado: 12/02/2016 en Uncategorized
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Un sueño y nada mas cover art

«El tango murió hace rato. Ya no es lo que era, pibe». Esa frase si no la escuchamos en algún momento, está presente en nuestro subconciente seguro. Ya nos da la sensación que no van a salir un Santos Discépolo, un Gardel, un Goyeneche. Ya los cien barrios porteños se transformaron en un aglomerado de edificios imposible de definir, donde sólo el nombre queda de esa vieja época. Ya los jóvenes no se visten de traje para salir a bailar. Y el Tango, el verdadero Tango, se terminó convirtiendo en lo que siempre fue, un canto a la nostalgia. O peor, en una atracción turística.

Muchos fusionaron el Tango con los ritmos de moda. La electrónica fue el primero, después el Rock Nacional con Callejeros y El Bordo, y hasta la Cumbia o el Hip Hop coquetearon con él. Pero el Tango clásico parecía estar para siempre reservado a los extranjeros. Y lo sigue estando. Pero puede que haya una esperanza.

Esteban Riera es uno de esos intérpretes que tiene más fama en el extranjero que aquí. Canta el 2×4 desde hace quince años y continuamente está de gira por otros continentes como Europa o el sudeste asiático. Y si bien, en el país está y estuvo presente en espectáculos como el Rojo Tango, no parece tener la difusión propia de una de las voces más frescas del género. ¿Será que el Tango ya murió para los argentinos?.

Junto con la orquesta y el excelente piano de Richard Cappz, Riera sacó su cuarto álbum de estudio llamado «Un sueño y nada más», en un homenaje a ese «Gardel olvidado» que fue Charlo. El disco también parece recordar temas olvidados, bueno «olvidados» es un decir, en realidad puede llegar a ser un recordatorio de canciones que hicieron brillar a una época pasada. Como esa joya de Pugliese y Homero Manzi que es «Recién», una belleza sin tiempo. «Hoy, recién, recién, vuelvo otra vez a tu lado con mi vida», para los tangueros de ley puede llegar a ser una redundancia, pero que bueno es volver a recordar temas como estos.

Pero más que un salvataje histórico, Riera busca revivir un pasado glorioso. Cuando canta «Un sueño y nada más» puede que el mismísimo Charlo vuelva de donde sea que esté para cantar por él. La voz tiene altos y bajos y se acopla con las melodías del piano para llevar la canción a su antojo. Sobre todo en canciones como «Barrio Viejo» se nota ese perfeccionamiento gardeliano, con todo respeto por el Zorzal, claro. Pero sin dejar de destacar la orquesta y el talento de Cappz, dueño de unos arreglos que respetan al género pero le da un toque de frescura. Y que se destaca con la versión orquestal del tema de Rocky en «Adrián».

No está mal llenar nuestro Cancionero Romántico Porteño con las enseñanzas del pasado. Ya tuvimos un soplo de brisa fresca gracias a Vera Cirkovic y su interpretación de la Chansones francesas. Ahora Esteban Riera y Richard Cappz nos hacen recordar una edad de oro que sabía tanto de amores como de desamores…o por lo menos sabía cómo cantarlos. Y es hora que los argentinos empiecen a tener más en cuenta estos temas, y que no pertenezcan sólo a viejos nostálgicos o turistas con curiosidad. Que forme parte de nuestro repertorio cultural, pero ya con nuevas composiciones y nuevas voces. Si ya se, es como pedirle al Riachuelo que vuelva a fluir con aguas cristalinas, pero es posible. Si, pibe, es posible.

Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com

 

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