El Plan de la Mariposa «Danza de Antalgia»

Publicado: 03/03/2015 en Uncategorized
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El Plan de la Mariposa

Los hermanos y la música siempre fueron una buena combinación. Salvo casos extremos como los Gallagher en Oasis, llevar adelante un proyecto musical siempre fue un poco más fácil en familia, ya sea porque evita peleas a muerte o porque uno se conoce mejor con un hermano que con un simple amigo, o porque la banda termina adquiriendo un status de «empresa familiar».

Que mejor ejemplo de eso que los cinco hermanos Andersen, uno de los tantos hijos de la comunidad danesa en Necochea, que llevan adelante (junto al baterista Julián Ropero, el flautista Horacio Rodríguez y el bajista Andrés Nor), El Plan de la Mariposa, una banda de rock alternativo que explora ritmos latinoamericanos, algún que otro toque funkie, y abundantes líricas comprometidas y liberadoras.

«Danza de Antalgia» es el tercer disco del grupo, luego de «Brote» y «Trance Habitante», y ya de primera anuncian su ideología, que es de «buscar la abundancia en un romance con el desapego», quedando claro que muchas intenciones de su nacimiento se mantienen intactas. Un grito hacia el consumismo, el despojo de los bienes, etcétera. El material es abundante (14 temas), los invitados son abundantes (seis en total, incluidos los dos vocalistas de La Vela Puerca, y Edu Schmidt), los integrantes de la banda son abundantes también (ocho), por lo que la parafernalia expuesta en cada gira y cada recital de El Plan de la Mariposa es imposible que pase desapercibida. Sebastián (voz), Camila (voz), Valentín (guitarra), Máximo (teclados) y Santiago (violín) Andersen, definitivamente han llegado para quedarse.

El disco está realmente muy bien trabajado, sólo por el hecho que realmente se pueden llegar a escuchar los ocho instrumentos en cada canción (muchas veces suenan a la vez). Eso es un punto para la producción del mismo, que mantiene un nivel festivo («La Bisagra», «Azucar Negra», «La Lanza de mi fe»), con puntos de relativa calma en baladas como «Navegantes» y «Los Senderos», que dicho sea de paso, son quizás los puntos más fuertes de Danza de Antalgia.

«Ella es Agua», es una de estas baladas muy bien logradas, quizás (o al menos en mi humilde opinión) porque ante un tema de pulso más lento, el poder de cada integrante se puede notar mucho más y la canción adquiere una fuerza de éxtasis casi única. La canción cuenta además con un ritmo percusivo algo candombero, liderado por León Pablo Maturana, llevada a término por el piano de Máximo Andersen, y hasta la voz de Sebastián parece un poco más agrietada que el resto.

Y es que de una banda oriunda de Necochea, el mar no puede pasar desapercibido en la naturaleza de sus canciones. Luego de decir que ella «marea en las orillas de mi playa» y que «navegamos los mares de plomo», El Plan retoma sus sus orígenes con «Diosa de los Mares». La canción tiene un alma a festival que continúa con esos ritmos rioplatenses, y que es una perfecta presentación de Camila Andersen como vocalista principal, cuya voz tranquilamente puede tener más participación en las canciones del futuro de la banda.

Porque no es casualidad que justamente los mejores temas sean los referidos a su propia naturaleza, y no lo digo porque me sienta personalmente tocado con «Buenos Aires Fiebre», sino porque la crítica hacia las grandes ostentaciones, la vida persiguiendo un sueldo, y un continuo mar de etcéteras, ya son totalmente claras. Es como aquellos que nos dicen el problema y no la solución…¿O sí? «La naturaleza es la belleza real» dicen en «Parpadeo», donde además se nos presenta el verdadero significado de la palabra antalgia: «Por el río del tiempo vamos hasta las manos; en la pendiente del cuerpo de antalgia hasta sanarnos». Este es el tipo de danza que el Plan de la Mariposa presenta para sanar nuestras espaldas y calmar el dolor, una danza que viene de los orígenes, de esa madre con cabellos de fuego pariendo a su hijo en un plano casi cósmico, está en la naturaleza de cada uno. Ahora bien, está claro el mensaje de los Andersen; habrá que salir a la naturaleza, pero los que nacimos en el asfalto de la gran ciudad, ¿qué danza tendremos que bailar?

Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com

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