El posteo pasado, cuando tratábamos de analizar el auge de Surfistas del Sistema, teníamos una banda en mente que nos servía de ejemplo y referencia. Una banda que supo obtener, de manera rápida y fugaz, la atención de todos nosotros (críticos, oyentes, productores, músicos, público, etc). Esa banda es justamente esta que estamos a punto de reseñar y que una vez más demuestra su fuerza musical y social lanzando su segundo disco, como quien lanza una piedra a los gendarmes en una manifestación.
LOS RUSOS HIJOS DE PUTA. Sí, el nombre por sí sólo avala las mayúsculas e incita al quilombo. Los cuatro integrantes que mantienen este fenómeno internacional (son más escuchados en México que acá, de hecho presentaron su disco en el multitudinario Vive Latino del DF) han dicho en más de una ocasión que la banda se va más allá de ellos, como si fuera algo que no les pertenece, algo escondido que ellos mismos poseyeron y que ahora tienen la responsabilidad de llevarlo a cabo. Para más información, rogamos mirar la siguiente entrevista que, a nuestro gusto, es una de las mejores del año…https://www.youtube.com/watch?v=30DKBtKdZRA
Cuestión que la banda que integran Luludot Viento (voz y teclados), Julián Desbats (guitarra y voz), Florencia Mazzone (batería) y Santiago Mazzanti (bajo) sacaron su segundo trabajo después de «Hola», titulado «La Rabia que Sentimos es el Amor que nos Quitan», claro y conciso, lleno de furia, sin rodeos e hiriente por donde se lo mire.
Básicamente el disco convive con el espíritu Punk en todo su esplendor, irreverencia, transgresión y enojo, pero no se queda sólo con eso. También hay muchos elementos del Indie Rock («Indiana») que se mama mucho por estas tierras, y unos retazos psicodélicos («Hambre») que también son característica de muchas bandas de la región. Sin embargo, se puede afirmar que Los Rusos pisan mucho más fuerte en la escuela de The Clash en este segundo álbum, y que optaron por profundizar más el aspecto furioso de «Hola» por encima del bizarro o el flashero, en un álbum, este último, que tiene muchas variantes, y que por algo les valió su llegada tan impetuosa al mundo del rock.
«Fan» es un tema que ya había sido presentado anteriormente y que presenta a Luludot en su plenitud vocal bizarra y encantadora queriendo lamer pechos ensangrentados y la guitarra de Desbats dándole una llevadera melodía al ritmo impuesto por la dupla Ma-Ma (Mazzanti-Mazzone) por lo menos en la parte que el tema es lo más parecido a una canción, ya que en el último minuto los gritos, la angustia, la euforia y el desmadre se mezclan en una bola de sonido, justificando lo que esperamos de una banda que está rabiosa y pretende salir a destruir al mundo.
En «Cráneo» la parte drogona de Los Rusos emerge en la superficie. «No estoy acá, estoy volando/ Sobre el cielo de tu cráneo», que además presenta otro aspecto poco reconocido en el grupo, su capacidad para generar ambientes oscuros y asfixiantes, algo que se repetirá en la canción siguiente: «Luna». Como si además de salir a guerrear contra el sistema, ellos también quieran asustar a todos con instintos asesinos. En «Halloween», por ejemplo, no hay escenario de película de terror pero Luludot exclama que va a golpear con un cuchillo la puerta…turbio.
Ahora bien, la rabia se hace notar desde el primer tema, pero es en «La Federal» donde adquiere su carácter más hipnótico, y ese gustito a himno digno de los Sex Pistols. Un retrato de la Policía Federal Argentina reprimiendo y el amor que surge en medio de la manifestación casi que pinta las intenciones del disco en su plenitud. Por un lado, el amor quitado, y por otro la rabia que surge a partir de eso. A Los Rusos Hijos de Puta (y aclaro que hablo del fenómeno, no de sus integrantes) les han quitado su amor. Será la policía, será la sociedad que festeja Halloween, será cualquier cosa, pero la importante es que están rabiosos y no van a parar hasta ver satisfechas sus ansias de furia. Algo va a arder, algo se va a romper, alguien puede salir lastimado, pero eso a veces es necesario para que este puto mundo se mueva. Jódanse, ustedes lo quisieron.
Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com
El Rock Perdido 