El Pop está hecho para las multitudes. El Rock está hecho para los rebeldes. Y lo alternativo lo está para esas dos cosas juntas. Así se conforma la mayoría del Rock argentino actual. Hay bandas que piden a gritos masividad, pero si la consiguen pierden su esencia. Es un conflicto inevitable, pero que hace evolucionar a la cultura Indie a niveles insospechados, con grupos que a veces hacen cosas inéditas, casi a nivel global.
Por eso hay que entender al Pop. Es una música bien producida. Agradable a la escucha. Y en estas últimas semanas nos llegó un aluvión de álbumes con estas características, que con el tiempo vamos a ir reseñando. Pero hoy tenemos para revisar el debut de Los Amigos de Don Atilio, grupo formado en el 2013 y que lidera el guitarrista Matías Donati.
El disco se llama «Ladda», (para los desprevenidos, son las siglas que conforman el nombre de la banda) y a la voz y la viola de Donati se le suman los sinthes de Fernando Gamallo; el bajo de Marcos Fernández; la batería de Javier Raffo; y las programaciones (importantes en casi todo del álbum) de Mauro Jolivet.
A esto decidimos ubicarlo dentro del llamado Pop Emergente, y de todas las variantes que hasta ahora revisamos, «Ladda» busca más la perfección cancionera de Rayos Laser o Jean Jaurez, que la experimentación sónica de Barco. Sólo que particularmente, a Los Amigos de Don Atilio parecen gustarle los pasajes viajeros. El disco abre con «Natural» una canción que quizás trasluce la cara de la banda: canciones para ser escuchadas durante una noche de viernes o sábado, pero con un toque de naturalidad espontánea. Todo el tema se ve rodeado de un aura semi-psicodélica, envuelto en una nube de felicidad momentánea, y que transmite el sentimiento de un fin de semana en las vacaciones de una ciudad costera. Despreocupación, relax y fiesta.
También se nota la impecable producción, todos los instrumentos están en su lugar y son escuchados perfectamente en los parlantes. El disco así, continúa con «Amanece», de lindo puente-estribillo, y «»Algunas Veces», lo más parecido a un hit si este disco hubiera nacido en los 90′. Para pasar a la otra gema: «Como los Vivos». Este tema es el más bailable de todos, y por lo tanto el más funkie. Imposible no mover un poco los pies o la cadera ya desde los primeros segundos. Dijimos que es un disco para fines de semana, bueno este es EL tema de una noche de sábado, por excelencia. Aunque también, mantiene esa obsesión de Ladda por las pequeños cambios de ritmo, por lo menos dos veces cortando el tema como un cuchillo mágico.
Volviendo a lo nostálgico, si el disco fuera un vinilo, estos primeros cuatro temas representan el lado A, mientras que los siguientes su lado B. No es que sean de relleno, ni cerca. «Solhay», por ejemplo, es un temazo por sí mismo. Sólo que por momentos (y en esto concuerdo con esta reseña del disco en Proyecto Spoiler) Ladda se vuelve repetitivo, como si el disco fuera un espejo entre las dos mitades. Y es que claro, el Pop es así, no es fácil hacer la diferencia en cada canción. Y sobre todo en un debut, donde lo importante es presentarse en sociedad, más que mostrar la capacidad compositiva de uno. Si Los Amigos de Don Atilio son capaces de llegar al pináculo de los grandes, sólo el tiempo el dirá.
Y vaya si hay futuro con una banda como LADDA. Que por lo menos deja una sensación de satisfacción. Que cumple con el objetivo de lograr un álbum totalmente despreocupado, natural y festivo. Que sin dudas merece ser considerada como una de las bandas emergentes del 2016, dentro del Pop alternativo argentino.
Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com
El Rock Perdido 