«Desde el cielo, bajan sus alas la montaña, su silueta dibuja sombras». Una manera de representar toda la variedad de músicas latinoamericanas en un sólo álbum es sintetizarla en una sola. Toch se llama esta banda cordobesa, nombre que proviene del apellido de los hermanos Juan Pablo y Andrés Toch, la cual tiene como complemento al bandoneón de Martín Ellena. La idea de este álbum es (o por lo menos así está sugerido) un repaso musical por un extenso panorama de géneros, estilos y formas musicales latinoamericanas pero resumidas en una simple mirada que es lo que justamente propone Toch.
«Amor Continental» puede ser varias cosas. Muchos lo han interpretado como un viaje musical por la Patria Grande, por la simple manera de que al ver un álbum como un todo lo primero que se nos viene en mente es esa idea de viaje. Pero esta tercera publicación del trío cordobés es algo que va más allá de eso. La banda pasa del Carnavalito («Condor») al Candombe («Donde ha de terminar»), para ir a la Cumbia («Pido que Vuelvas») y al Rock («Punto Ciego»), pero queda comprobado que los chicos evidentemente tienen un género el cual le siente perfecto, el Reggae. De hecho, en los primeros acordes de «Vuele», un semi-instrumental de tres minutos de duración (que luego tiene un eco sobre el final del disco), el bandoneón hace pensar en una suerte de Neo-Tango fusionado con una batería que suena a Dub, pero que rápidamente el tema lo transforma en un Reggae hecho y derecho. Lo mismo pasa con «Famatina» y definitivamente «Te fuiste sin saludar» transpira Jamaica del primer segundo hasta el último.
«Niña Rasta/V.A» es, además de uno de los temas mejor acabados del álbum, una locura de Ska sonriente y veraniego. El tema arranca de lo más tranquilo siguiendo a una niña rasta y, a medida que queda claro la intención de los Toch, la canción empieza a acelerarse hasta delirar en una aventura por pueblos, barrios y ciudades cordobeses como «Briiickman» (sic), San Francisco o Villa Asalai.
Si bien esta intención de mezcla genérica y búsqueda por las raíces de la música latinoamericana queda claro en todo «Amor Continental», hay un detalle que hace únicos a lo intentado por los Toch. El bandoneón de Martín Ellena no tiene que pasar desapercibido de este análisis. Aunque si bien en temas como «La Nebulosa» o «Y no me quiero ir» no aparece (justamente los temas más rockeros del trío), su sonido es definitivamente un distintivo de la banda. Un instrumento que antes se encajonaba en estilos muy concretos como el Tango (en Buenos Aires) o el Cuarteto (Córdoba), Toch logró darle la libertad que todo instrumento musical se merece y lo aproxima a todos estos estilos latinoamericanos. El Reggae que propone, y que tan bien le sale a Toch, proviene justamente de las teclas de un bandoneón.
El tema que cierra el álbum es el máximo ejemplo de esta cuestión. Así como dijimos que «Vuele» se podría asemejar a un Neo-Tango, eso sucede porque justamente no podemos dejar de relacionar al bandoneón con su género rioplatense. Pero en «Buscando un corazón» definitivamente el instrumento se juega sus mayores cartas y se apropia del tema sin pedir permiso. La canción tiene una duración de siete minutos de puro éxtasis y vuelo sin necesidad de desprenderse del piso. Y este quizás sea el máximo descubrimiento de Toch en lo que refiere a «Amor Continental». Porque justamente encontrar un sonido propio y original es el mayor logro que puede aspirar una banda. Es encontrar esa bandera, ese caballo de batalla, esa marca que lo aparta del resto. El trío cordobés puede hacer viajes musicales por toda América Latina, por todo el mundo entero si quiere, pero el objetivo de su búsqueda se encuentra justamente en su casa.
Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com
El Rock Perdido 