En la escena Hardcore hay millones de variantes. Discos, músicos y canciones, de palos muy diferentes entre sí, conviven y se interrelacionan conformando una escena que es tan emocionante como diversa. Y si bien hay muchos fanáticos de una determinada manera de tocar, usualmente tanto los oyentes como los mismos artistas varían de una variante a la otra, dándole un dinamismo que se asemeja mucho a su estilo.
Los Hércules Vigila, banda punk oriunda de la Zona Norte del conurbano, son del palo del Hardcore Melódico. De esos que esconden canciones de amor con screamos y baladas con distorsiones. Pero que de ninguna manera dejan la sinceridad atrás. Todo lo contrario, es la banda que más fuerza le da a su contenido a través de una lírica directa y firme. Y además con una música compacta y redonda, demostrando que son un grupo con un gran compromiso y compañerismo.
Ellos son Juan T. Pereyra en la voz, Pancho Milici y Pitu Calavera en guitarras, Mauro «Sugus» Nicolini en bajo y Pablo Espósito en batería. Ellos, con un puñado de canciones al taco, mucha paciencia y trabajo, pero sobre todo un espíritu imbatible, lograron sacar un disco que puede llegar a ser uno de los hitos en la escena de la juventud hardcore, por lo menos de este año. «Canciones de Amor en Chino» habla de justamente eso, de amor. Y los temas tranquilamente pueden ser del repertorio de un artista callejero folk, de un enamorado solitario con su pequeña guitarra, o quizás de una banda de Pop romántico. Lo cierto es que la esencia que le da Hércules Vigila a estas canciones, es única, y suponemos que irrepetible.
El disco parece usar la furia propia del Punk, pero con la épica de un película de culto. Pero más allá de las letras, los arreglos vocales o los cambios súbitos de ritmo, toda la estructura musical tiene un espíritu y una energía tal que los hace irresistibles para integrar cualquier Mp3. Y ser la compañía ideal en el interminable viaje a la facultad, o al colegio, o al laburo por qué no.
«Gracias por el Mundo» es el tema que abre toda esta secuencia de himnos que tienen una de las mejores temas dedicadas a Buenos Aires («Millones»), un calendario punk («Agosto») y hasta tres pequeños temas dedicados a Forrest Gump. Esa mixtura entre film y música ya lo tuvimos con el Star Wars Theme de Sullivan, así que ya parece ser una tópica en estas bandas de Hardcore Melódico que se inspiren en el cine para su arte (bueno, Hércules Vigila en sí es una excelente película blockbustera y noventosa). Lo único que estos Hércules Vigila si saben de gritos, y quizás sus intenciones estén a mitad de camino entre la oscuridad de Reflejos o Clay, y el espíritu Indie de El Sur. Un estética del DIY enojoso pero que se sincera de tal manera que en el fondo es una ternura. Un poeta romántico y nostálgico con deseos de llevarse el mundo por delante.
Canciones como «El Peligro» son pegadizas hasta el punto de llegar a ser obsesivas. Una canción que fluye como el agua en una cascada. Sin ningún tipo de pausa. Sin nada de respiros, ni bajadas de intensidad. Todo siempre al palo y en la cresta de la ola. Las baladas, si las hay, se confunden en el caos de las guitarras y los golpes desesperados de la batería. Con «Canción de Despedida» y ese amante que parece decirle adiós a su mundo, se cierra unos cuarenta minutos de puro amor intenso. Con voces que se acoplan, se responden, se superponen. Con violas chirriantes. Un bajo explosivo. Y una batería que no parece parar nunca. Pero para. Sí, aunque no parezca, llega un momento que «Canciones de Amor en Chino» se detiene. Y ahí es cuando nos damos cuenta que debemos copiar todos sus temas al pendrive y tenerlo siempre a mano para el viaje. Por si queremos volver a vivir la vida con intensidad.
Por Renzo Cavanna – re.cavanna@gmail.com
El Rock Perdido 